domingo, 6 de mayo de 2012

Cómo afrontar los problemas


Es un hecho que siempre vamos a tener problemas, no lo podemos evitar. Y si queremos deshacernos de ellos entonces el nuevo problema será el querer evitarlos, te vuelves paranoico y eso se vuelve un problema.
Lo importante es que sepas y aceptes que siempre habrá problemas; no hay una fórmula exacta para alejarnos de ellos además los problemas pueden ser muy útiles si sabes darles buen uso: son una manera de aprender de la vida, de fortalecernos cuando queremos conseguir algún sueño. Los problemas son importantes para apreciar la vida que tenemos porque si todo fuera fácil, sin ningún tipo de problema, muy probablemente no la apreciaríamos tanto como debería hacerlo. Es por ello que es tan hermoso vivir y salir victorioso frente a los problemas.
Como afrontar los problemas no es ni fácil ni difícil, sólo requiere ser lo suficientemente valiente para querer afrontarlos porque en este mundo hay todo tipo de personas y entre ellas están las que saben como afrontar los problemas y las que se alejan de ellos y prefieren lo fácil, olvidando que luego todo se les complicará mucho más.
Como afrontar los problemas
Para afrontar los problemas es necesario saber por qué surgen. Muchas veces surgen por cosas muy simples (y un poco tontas) que se convierten en muy complicadas para quienes lo afrontan. ¿Pero si vienen de algo simple por qué se vuelven tan complicados? He aquí la respuesta:
Como surgen los problemas
Ahí está la típica pareja de esposos. Ambos ya tienen un par de años de casados pero aun no forman una familia. Están muy preocupados por su trabajo y por pagar mensualmente todos los gastos que tienen, inclusive la casa nueva que se acaban de comprar. Hoy es un nuevo día y la mujer le prepara un desayuno con mucho cariño, la sorpresa fue la reacción del esposo que ha estado preocupado por el informe de trabajo que tiene que presentar. ‘’¡Ya sabes que no me gusta el huevo muy frito!’’, a lo que la mujer se siente mal y le dice que no fue su intención hacerle enojar.
Sigue renegando el esposo diciendo que ‘’sabiendo que está con mucha presión le hace enojar’’, y entonces reacciona la mujer: ”Pero tú no aprecias el desayuno que te he hecho con buenas intenciones como siempre. ¡Desagradecido!”. El marido se va a trabajar con una rabia tremenda y ella con un mal sabor en la garganta.
Aunque parezca mentira esto puede desencadenar una serie de problemas que más tarde podrían terminar en la separación oficial del matrimonio. ¿Como surgieron los problemas? Pues con algo tan sencillo como haberle sobrefrito el huevo y el marido que no supo apreciar el desayuno que le preparó su mujer.
¿Y cuál es, mayormente, el problema de los adolescentes? Están muy presionados con ser aceptados por los demás, son fácilmente manipulables por los medios de comunicación y cada vez que es fin de mes lo primero que piensan cuando saben que sus padres ya han recibido el pago mensual es pedir y comprar más ropa, comprar el  nuevo modelo de móvil, comprar muchos más accesorios con tal de estar a la moda como sus amigos. Y si no se les cumple ese deseo tienen un gran dolor de cabeza, incluso algunos se ponen a llorar para que por fin papi y mami accedan a darle sus caprichos.
¿A esto podemos llamarle  problemas?
NO (con mayúsculas). Son puras tonterías, son minucias, son estupideces. Ya es hora de madurar y dejar de pelearnos por tonterías. Es tan grande la estupidez humana al momento de crear problemas. Muchas veces es lamentable cuando la gente se hace a si misma la vida imposible.
La gran mayoría de problemas surgen por estupideces de la vida cotidiana. Muchas veces el verdadero problema eres tú, pues te haces la vida imposible deseando cosas demasiado superficiales. Y si sabes que eres tú entonces anda, madura y empieza a ver las cosas de manera más humilde.
Después el otro factor son las reacciones emocionales que se producen tanto en ti como en las otras personas. Una simple minucia puede desencadenar un enojo a base de un capricho y como la otra persona tiene un ego tan grande como el tuyo no va a quedarse con la boca callada, va a reaccionar igual o peor que tú. Y es ahí cuando surgen los problemas de la famosa categoría: Perros y gatos.
Si quieres saber como afrontar los problemas debes tener en cuenta que no debes responder emocionalmente a todo lo que percibas como malo. Aprende a controlar tus emociones para que tu mente no se nuble al momento de enojarte o de preocuparte.
Piénsalo bien por un momento: ¿Qué es un verdadero problema? Un verdadero problema es estar en una guerra mundial. Estar en un campo de batalla donde en todo momento se escuchan bombas, cuando ves a muchos soldados morir por doquier.
Un verdadero problema es cuando los recursos de comida y agua potable son muy escasos. Cuando sabes que durante meses todo va a estar seco en las tierras de tu país, cuando las temperaturas pasan los 40 grados, cuando ves a miles de personas hacer colas por un vaso de agua. Eso sí que son problemas.
O también cuando no sabes qué ha pasado en el edificio donde estás trabajando y hay un incendio con mucho humo, hay una fuerte explosión y todos tienen que ser evacuados porque muy probablemente se podría derrumbar en cualquier momento.
Si no estás en una de estas o similares situaciones entonces deja de encapricharte por tonterías y reconoce que NO son problemas lo que estás afrontando.
Para como afrontar los problemas es necesario que mires objetivamente (tal como pensar en los peores casos de verdaderos problemas).  Tienes que tener un punto de vista de la vida mucho más maduro para que no reacciones emocionalmente ante cualquier pequeñez. Pensar muy bien en que la situación se puede solucionar si estás con la mente tranquila y calmado pero listo para solucionar tus problemas. Es ahí cuando podrás resolver cualquier situación desfavorable que surja en el camino.
Y por último antes de echar la culpa a los demás, revisa en ti si es que algo anda mal y corrígelo. Resuelve el único y verdadero problema que está en ti, tu mentalidad y tus pensamientos negativos frente a los retos de la vida. Resuélvelo lo más pronto posible y verás con toda certeza que problemas hay muy pocos.

1. Aceptar el problema
Lo primero es darse cuenta de que el problema existe y aceptarlo como tal. También es muy importante y esencial el querer solucionarlo. Podemos aceptar que tenemos un problema, pero si realmente no estamos dispuestos a solucionarlo… no hay nada que hacer.
2. Buscar una solución
Una vez aceptada la existencia del problema y estando ya dispuestos a proceder a su solución, es hora de buscar una forma de resolverlo. Es importante dedicar tiempo y esfuerzo a investigar las causas y origen del problema. Después, es necesario realizar una investigación a fondo de las posibles soluciones y escoger la que nos resulte más adecuada.
Hoy en día es fácil encontrar información de utilidad usando Google, pero no hay que reducirse a esto: Debemos movernos, consultar a amigos, conocidos, o cualquier organismo que nos pueda servir de ayuda. Para esto es importante ser muy sociales y contactar con la gente que pueda ayudarnos. Sin embargo, aunque exista gente que nos pueda ayudar, la última responsabilidad para solucionar el problema recae en nosotros mismos.
3. Aplicar solución: Esfuerzo
Cuando tenemos un problema y queremos salir de él no es fácil. Muchas veces queremos quitarnos viejas costumbres a las que nos hemos habituado. Otras veces simplemente tenemos que manejar una situación puntual.
Es importante adoptar una visión más amplia de nuestro problema. Si es relacionado con un hábito, estamos acostumbrados a ello, por lo que es muy importante estar dispuestos a modificar un aspecto de nuestra vida y que sea diferente. Estamos “cómodos” con ese hábito, y salir de él cuesta, es extraño, desconocido. La fuerza de voluntad tiene un papel muy importante en esto. Por ello, es importante dedicar un gran esfuerzo y fuerza de voluntad para salir de ese hábito perjudicial.
Cuando se trata de un problema puntual, como una situación de la que queremos salir con éxito, hay que ser capaz de ver muchas opciones, incluso considerar opciones que jamás habríamos pensado en un principio. Es preciso tener una mente muy abierta.
Breves consejos:
- Para la solución de cualquier problema es muy importante la comunicación, elser social, tener contactos y/o conseguir nuevos.
- Una mentalidad positiva es de suma importancia. Nada conseguiremos si tenemos en nuestra cabeza pensamientos negativos como “No lo conseguiré, no soy capaz”. Debemos creer en nosotros mismos y centrar nuestros pensamientos en todos los aspectos positivos que encontremos.
- Adaptabilidad: La solución de un problema en muchas ocasiones implica cambios. Debemos ser capaces de adaptarnos a nuevos cambios, estar dispuestos a cambiar parte de nosotros o de nuestra forma de vida.

sábado, 5 de mayo de 2012

intuición vitaminas para la mente



El conocimiento intuitivo supera las distinciones entre el sujeto y el objeto, entre el ser mismo y lo que él sabe o experimenta. Sin embargo, el proceso de despertar esta conciencia que no es doble, implica observar los estados internos sin identificarse con ellos.  Esta no-identificación del ser que observa desde el cuerpo, los sentimientos e ideas, se llama algunas veces el despertar del testigo interior.  Roberto Assagioli se refiere a esta no-identificación como el medio a través del cual una persona aprende a discriminar entre el contenido de la conciencia y su centro.  El centro de conocimiento puro o “yo” – él lo define como el centro de voluntad, capaz de dirigir y de usar todo el proceso físico y psicológico.
La observación propia o conciencia de sí mismo por lo tanto implica la posibilidad del dominio de uno mismo y controlar voluntariamente los estados internos.  Los intentos activos de simplemente ejercer el control, sin embargo, no logran los resultados deseados.  Primero debemos aprender a observar sin interferencia, manteniendo una actitud de consentimiento, aceptando lo que sea que esté pasando sin juzgarlo o tratar de cambiarlo.
La receptividad a los sentimientos:
El conocimiento del contenido de la conciencia y del ser mismo como el CONTEXTO dentro del cual ambos conocimientos ocurren, ayuda al proceso de dejar de identificarse. Cuando nos identificamos con un estado particular emocional, por ejemplo, a menudo estamos llenos de ansiedad y temor de ser abrumados.  Una vez que dejamos de identificarnos tenemos la libertad de expresar los sentimientos cuando elegimos hacerlo.  Dejando a un lado las ataduras de sentimientos específicos nos permite también estar más presente en el momento y poner completa atención a una persona, problema, o situación cuando se presente.
Observar los sentimientos sin cambiarlos es aún más difícil que observar el curso de la respiración sin cambiarla.  A menudo cuando elegimos deliberadamente ponernos en contacto con los sentimientos, las emociones negativas como el enojo o el temor entrarán en la conciencia, y tendemos a suprimirlas o cambiarlas de alguna manera, en lugar de permitirles permanecer allí.  Sin embargo, mantener el enojo o el temor bajo el umbral de la conciencia mediante la supresión o la represión, no hace que desaparezca. Más aún, la represión toma energía, la que entonces no está disponible para la tarea que estás efectuando, sea que estés comprometido en una relación interior personal, o concentrándote en cualquier forma. [*Ver la nota al final del párrafo].  Cuando se practica la concentración, a menudo los sentimientos parecen ser como una intrusión.  Siendo receptivo a los sentimientos y permitiéndoles permanecer allí, no estarás desviando tu energía y atención al tratar de hacerlos desaparecer.
Los sentimientos están a menudo conectados con algo que sucedió en el pasado o que puede o no puede suceder en el futuro. La culpabilidad, por ejemplo, es siempre un sentimiento que está conectado con algo que uno hizo o no hizo en el pasado.  Con el objeto de estar siempre presente en el momento, libre de dar toda su atención a lo que sea que se esté haciendo, es necesario desconectarse de las experiencias pasadas.  Si nos sentimos plagados por sentimientos de culpa, no podemos ver claramente lo que está sucediendo ahora.  La voluntad para experimentar el sentimiento completamente, y mantener el contacto con cualquier otra emoción, tal como el resentimiento, o el temor con el que puede estar asociado, puede ser de gran alivio.
Apegarnos a emociones positivas puede distraernos tanto como evitar las emociones negativas.  Una experiencia intensa de placer que nos gustaría que se prolongara o repitiera ciertamente nos disminuye la capacidad para comprometernos completamente con cualquier suceso actual en el presente.  Piensa que tu atención es como un rayo de luz.  Cuando está totalmente concentrada, es coherente y poderosa, como un rayo láser. Cuando es difusa a causa de un disturbio emocional, un apego al pasado, o una anticipación a algo del futuro, pierde la intensidad de su poder.  Llegar a estar consciente de lo que sabes intuitivamente en cualquier momento determinado depende de tu capacidad de no interferir; concentrar tu atención en lo que estás consciente ahora.
La manera más directa de aprender a enfocar la atención y mejorar la concentración entonces, no es TRATAR de dejar a un lado los apegos emocionales que interfieren con el proceso, sino sencillamente OBSERVARLOS.  Nuestros sentimientos pueden darnos indicios importantes acerca de lo que es apropiado para un futuro crecimiento y desarrollo.  No traten de “apagarlos.” Nótenlos, reconózcanlos, experiméntenlos, tal como son.  Los sentimientos también pueden ser un canal para la expresión del conocimiento intuitivo.  La intuición en el nivel emocional puede funcionar por completo solamente cuando estamos conscientes de los sentimientos, sin juzgarlos como buenos o malos, y sin asumir que tenemos que actuar en base a ellos o hacer algo con ellos.  No hay necesidad de justificar o racionalizar un sentimiento. 
Algunas veces podemos tener un sentimiento acerca de algo que no comprendimos.  Un presentimiento de peligro, por ejemplo, puede ser inexplicable aún en mirada retrospectiva.  Un hombre en un taller que era esquiador de mucha experiencia dijo que él fue capaz de evitar que lo alcanzara una avalancha al cruzar el país, en una expedición de esquiadores, actuando con sentimientos aparentemente irracionales de aprensión.  Otro hombre participante en el taller relató un incidente, en el cual él ayudó a alguien en una situación muy seria, actuando con lo que él pensó eran sentimientos absurdos.  Él dijo que había estado trabajando en una construcción, y cuando había empezado el regreso a su casa una tarde, sintió la urgencia completamente inexplicable de volver al lugar de la construcción.  Lo hizo, y se encontró con que uno de la tripulación, que se había quedado hasta más tarde solo en el trabajo, se había caído y estaba herido.  Fue capaz de ayudarlo y comentó que probablemente salvó la vida del hombre.
Sintonizarse con los sentimientos no involucra necesariamente corazonadas o presentimientos, aunque actuar a causa de los sentimientos es una parte del aprendizaje para confiar en las formas no racionales de la percepción. 
La decisión para actuar o no en base a un sentimiento es un paso secundario que involucra razón y elección. El primer paso, ser receptivo a los sentimientos, es lo que contribuye más a la expansión de la conciencia y desarrollo de la intuición.  Más aún con el objeto de elegir un sendero con el corazón, o vivir la vida de todo corazón, necesitas saber como te sientes.  No es posible ponerse a trabajar genuinamente o abrirse a la intimidad sin estar en contacto con sus sentimientos.  A menudo los sentimientos se reprimen debido a que son dolorosos.  Pero cuando se reprimen los sentimientos dolorosos, inevitablemente se reprimen otros sentimientos, reduciendo tu capacidad para experimentar y dejas afuera partes vitales de ti mismo.
Llegar a estar consciente de tus sentimientos no debería confundirse con sentirte abrumados por ellos, o dejarlos que manejen tu vida.   Una cosa es estar consciente de tener miedo cuando se trata una nueva experiencia, y otra cosa es sentirse inmovilizado por el temor.  Asimismo, una cosa es reconocer que estás enojado acerca de algo y luego elegir si lo expresas o no, y algo muy diferente es enfurecerte sin control cuando algo te altera. 
Una vez que se experimenta un sentimiento, se puede empezar a observarlo con algún desapego y no identificarse con él.  Assagioli ha formulado el principio psicológico básico de la siguiente manera: “Somos dominados por todo aquello con lo que nuestro ser se identifica. Podemos dominar y controlar todo aquello con lo que dejamos de identificarnos.” Por lo tanto, podemos estar conscientes de tener temor, por ejemplo, como parte del contenido de la conciencia, sin que lleguemos a identificarnos con el temor o sentirnos controlados por él.  A diferencia de los sentimientos reprimidos que distorsionan la percepción, contribuyen a la tensión crónica y nos distraen la atención del momento presente, las emociones que se observan con desapego vienen y se van y cambian naturalmente. 
Según desarrollamos la capacidad de expandir el conocimiento de los sentimientos, en lo cual no tratamos de aferrarnos a las emociones positivas, ni de liberarnos de las negativas, nos damos cuenta que las emociones son transitorias.  Aún las más profundas depresiones, que a veces parecen interminables, pueden cambiar y en realidad cambian. Tampoco duran para siempre los momentos elevados. Sin embargo ambos son claramente parte de la experiencia humana, y en el grado que estemos dispuestos a expandir nuestra gama de experiencia, también expandimos nuestra capacidad para percibir, comprender y conocer más.  Es el apego a los estados emocionales lo que interfiere con el despertar de la intuición, no las emociones mismas.

viernes, 4 de mayo de 2012

Los que avasallan, manipulan y desvalorizan sin culpa Cómo reconocer a las personas tóxicas



Los especialistas difieren en su definición, pero todos coinciden en que la gente nociva existe y que provoca daño a los demás.

El que destila un odio visceral y se regodea con la humillación del otro, el que avasalla al semejante, el que busca manipular con mentiras, el que agrede innecesariamente y desvaloriza al otro para sentirse bien él, el que daña con intención sin jamás proponer una reparación, el que incomoda con sus imposturas, el envidioso de todo lo ajeno y el que urde los problemas para acercar luego sus soluciones.

La nómina de personas dañinas la completan el autodestructivo, el narcisista patológico, el perverso, el violento impenitente y el estafador. Se sabe que de seres nocivos está lleno el mundo, ya lo poetizó Antonio Machado con su "mala gente que camina y va apestando la tierra", pero ¿existe realmente la gente "tóxica"? ¿O el término, por descalificador y estigmatizante, se lo reserva sólo a Adolph Hitler o a Ben Laden?

Las neurociencias dicen que sí, que la gente "tóxica" -encarnada por aquellos seres rapaces que inexorablemente perturban el bienestar ajeno y vampirizan al semejante- existe. Y endilgan a fallas químicas la irrigación de esa toxicidad. Sus conductas se traducen en patologías, y la coexistencia con ellos resulta imposible.

En el psicoanálisis y la psicología, la literatura está dividida. No obstante, ambas se inclinan por los vínculos y comportamientos "tóxicos" más que por las personas, ya que lo que es "tóxico" para unos puede ser perfectamente aceptado por otros. En todo caso, se trata de una percepción subjetiva, dicen.

Si bien no existe una cofradía donde se imponga la toxicidad, al hurgar en los perfiles nocivos, sin duda que algunos políticos -aquellos que sólo buscan ser escuchados y prometen lo que saben que jamás van a cumplir- podrían encajar en ese estereotipo. Y, dentro de las relaciones de poder, tampoco los jefes desconcertantes, impredecibles o arbitrarios -los seudoemperadores de la verdad, incapaces de encomiar méritos o esfuerzos- se escapan indemnes a la toxicidad.

Tipos de "encuentro"

"Quien mejor se ha dedicado a este tema en la historia de la filosofía esBaruch Spinoza", apunta el filósofo Tomás Abraham. "El habla de encuentros que potencian nuestras energías y nos dan alegría y los que las disminuyen y producen tristeza. Cuando dos cuerpos se convienen entre sí, multiplican su potencia. Y cuando no lo hacen se produce un mal encuentro, semejante a una especie de envenenamiento", explica.

Pero Abraham pone un freno, al aclarar que "pensar las relaciones humanas en términos de toxicidad deriva de las teorías degenerativas de la psiquiatría racista del siglo XIX".

Investigadora de la vida cotidiana a través de la enjundia filosófica,Roxana Kreimer es asertiva respecto de esa categoría, popularizada por la norteamericana Lilian Glass, en su best seller Toxic people (Gente tóxica). Allí advierte que nadie es "ciento por ciento sano, ni física ni psicológicamente; por eso, es importante atender los patrones caracterológicos y sus efectos", observa Glass. Su libro cuenta hace meses con una versión local, escrita por Bernardo Stamateas.

"Los comportamientos destructivos son tolerados si aparecen de manera esporádica. Pero cuando se repiten con frecuencia contaminan las relaciones interpersonales", completa Kreimer.

"Confucio decía que si uno se topa con gente buena, debe tratar de imitarla, y si uno se topa con gente mala, debe examinarse a sí mismo", añade. Y caracteriza a la gente "tóxica" "por su falta absoluta de empatía con el otro". En ese grupo, incluye a los manipuladores, que se valen de la asimetría de la información para torcer destinos, y a líderes como George Bush, que buscan la adhesión a sus "decisiones impopulares presentándolas como necesarias".

¿Qué sucede con los pesimistas consuetudinarios? Según Abraham, pueden ser "más lúcidos, inteligentes y valientes que toda esa pavada de la buena onda". Para Kreimer, la negatividad en demasía termina siendo contagiosa.

Diana Cohen Agrest habla de "los vínculos destructivos de los que hay que huir". Pero advierte sobre la estigmatización y la capacidad de cambio de las personas. "Los seres humanos -dice- no somos de una vez y para siempre. Estamos en constante proceso de construcción. El nombre definitivo es el del epitafio, pues sólo allí adquirimos una identidad definitiva. Mientras vivimos, se puede dejar de ser 'tóxico', como también se pueden adquirir otras características. Sólo una visión demasiado pesimista del ser humano lo condena a ser de una vez y para siempre."

El filósofo Santiago Kovadloff confiesa cruzarse a menudo con este tipo de personas y rogar que en ese instante alguien en el teléfono lo libere de la situación. "Pongo el acento en los vínculos más que en las personas, porque el significado de alguien depende primordialmente de quien entable una relación con él", ejemplifica. Y se pregunta si la gente realmente se cuestiona qué es lo que uno produce en el otro. "Yo también puedo irritar y ser muy aburrido en mi vida pública", confiesa.

Sin embargo, ubica como rasgo dominante de la toxicidad "a las personas monologadoras y autorreferenciales y a aquellos que nos aplastan". El corolario es el tedio, el desinterés y la urgencia de alejamiento, dice. Y arremete contra los simuladores y contra aquellos vínculos cimentados a partir de una necesidad tramposa: "La de no relacionarse realmente".

Claves para evitarlos

- Las personas "tóxicas" influyen en la salud tanto física como psíquica del otro. Por eso es clave identificar los síntomas que una compañía nociva produce.

- A esas personas se las controla quitándoles su poder, escapando de ellas o no permitiéndoles acceso a nuestra intimidad.

- Si se debe convivir con ellas, en la familia o en el trabajo, hay que abstraerse mentalmente de su presencia y acciones.

- Cuando surge un comentario o comportamiento "tóxico", simular que uno le presta atención cuando, en realidad, se esfuerza por desoírlo.

- Al "tóxico" se lo neutraliza con amabilidad. Su afán por lastimar con comentarios o actos desagradables resulta estéril si él percibe que carece de efecto.

- Focalizarse en las cosas positivas que uno tiene en la vida cuando se está cerca de una persona "tóxica". Es un ardid efectivo para superar los malos momentos.

- Si no es posible evitarlos, adquiera un identificador de llamadas y reduzca al mínimo el contacto personal con ellos.

- La actitud positiva es siempre una elección. Prepárese mentalmente para estar bien y contrarrestar así las actitudes "tóxicas".

- Si una persona "tóxica" forma parte de su equipo de trabajo, establezca de antemano y claramente las reglas de convivencia. Si se trata de su jefe, hágale saber que usted y su equipo pierden eficiencia frente a comportamientos negativos. Y póngale ejemplos.

- Si el "tóxico" no es alertado sobre su toxicidad, la extenderá en el ambiente. No deje pasar por alto esas actitudes y convérselo inmediatamente con él.

- Ejercite su propia autocrítica y revise con asiduidad qué tipo de actitudes y comportamientos tiene usted para con los demás. Usted también puede ser "tóxico" para otros. La regla es simple: no les haga a los demás lo que no desea que le hagan a usted.

TU VALES MUCHO


TU VALES MUCHO!

No minimizes tu valor comparandote con otros. Son esas diferencias lo que nos hace seres especiales.
No hagas tus metas por lo que para otras personas sea importante. solo tu sabes lo que es mejor para ti.
Nunca tomes en vano las cosas cercanas a tu corazon. aferrate a ellas como te aferras a la vida pues sin ellas la vida no tiene sentido.
No permitas que tu vida se resbale por tus dedos, viviendo en el pasado o viviendo en el futuro vive tu vida un dia a la vez y podras disfrutar todos los dias de tu vida.
No te rindas cuando aun tienes algo que ofrecer nada es realmente en vano hasta el momento en que tu decides dejar de intentarlo.
Es un hilo muy fragil lo que nos une a los otros. no tengas miedo de encontrar riesgos es asumiendo esos riesgos que aprendemos a vivir.
No le cierres la puerta al amor diciendo que es dificil de encontrar.
La manera mas rapida de encontrar amor es dando amor, La manera mas rapida de perder al amor es aferrandonos muy fuertes a el...
No rechases tus sueños, sino tienes sueños no tienes esperanza, sino tienes esperanza no tienes un proposito.
No corras por la vida tan rapido que olvides, no solamente donde has estado sino hacia donde vas.
La vida no es una carrera sino una jornada para ser saboreada a cada paso que des...

No solamente es más apreciado el ser espontáneo, sino que es mucho más fácil.

Mucha gente gasta bastante energía en aparentar lo que realmente no es.

Por qué sucede que hay personas que parecen "mimetizarse" con los demás
y les cuesta ser natural y espontánea?
Por qué se dice lo que realmente no se siente?

Lo sé bien, porque en mis primeros años de vida fui así.
Tempranamente aprendí que no podía decir lo que pensaba, porque mis los mayores me lo reprochaban.

Luego, me pareció que los demás se sentían bien  si uno estaba de acuerdo con ellos y mal si manifestaba opiniones diferentes.
Y yo buscaba desesperadamente la aceptación de los demás.

Sin embargo, fui descubriendo que los otros dejan de considerarte y respetarte
al darse cuenta que uno no tiene una opinión clara y definida.
Y lo peor, uno deja de respetarse a sí mismo.

Aprendí que no tenemos por qué caerle bien a todos ni estar de acuerdo con todos.
Es probable que cuando todos seamos sabios ya hayamos alcanzado la plena iluminación, estemos todos de acuerdo.

Mientras tanto, en la búsqueda de la verdad, tendremos posiciones distintas,
según nuestras experiencias y conocimientos.

Todo esto está relacionado con la seguridad en sí mismo.
En la medida que somos conscientes de nuestro propio valer, nos atrevemos a ser nosotros mismos y pensar por sí mismos.
No hay que andar por el mundo buscando satisfacer a los demás, ni llenando las expectativas de los otros.
Hay que disponerse a aceptar a los demás con sus virtudes y defectos, con sus opiniones y puntos de vista.
Y disponerse a respetarse también a sí mismo.

Es posible que al principio se pierdan amigos que no compartan nuestra manera de ser y opinar.
Pero si eres consecuente con tus ideas y contigo mismo, tendrás muchos verdaderos amigos en el futuro.

Decir la verdad puede que moleste a alguien, pero la mayoría aprenderá a valorar a quien es veraz.

Ya se escribió hace mucho tiempo (en La Biblia)
"que tu sí, sea sí; que tu no, sea no".

Una buena práctica es darse mensajes a sí mismo, ya sea mediante un diálogo interno, carteles, escritos, dibujos, etc., que digan: "Tengo seguridad y confianza en mí".

Tú vales mucho más de lo que te imaginas.

Tú eres importante para los demás.
Al menos hay una persona en el mundo para quien eres muy importante...
Para mí !

VALORES HUMANOS


VALORES HUMANOS, SON DE ALTA RENTABILIDAD

Mucha gente ya se ha dado cuenta que invirtiendo en la Bolsa de Valores, por muy alto que sea el beneficio, no consigue uno la felicidad que supuestamente debía uno tener al disfrutar de casi todas las comodidades. Por ello, tenemos que seguir invirtiendo en Valores, pero debemos escoger otra clase de valores, que por supuesto nos den beneficios, y a ser posible más rentables que en la Bolsa. Me refiero a los Valores Humanos. Ya se que están devaluados, y por ser un producto que casi nadie usa en la actualidad, los inversores no confían en los pronósticos. Las expectativas son inciertas, pero mi “agente de bolsa” me ha dicho que van a empezar a subir de forma imparable. Yo me fío de él, pues estoy seguro de que cuando se empiecen a usar, serán de primera necesidad, incluso llegarán a crear algunas adicciones, los médicos dicen que no se corre peligro, incluso que pueden mejorar la salud.
Quizá uno de los primeros sea el que tengas conciencia de que tienes un gran Valor, tanto para ti como para los demás.
Eres un pieza importante e insustituible para el equilibrio de la humanidad, por ello tienes que respetarte y respetar, y ayudar a los demás para que todos estemos en el sitio adecuado, haciendo lo que tenemos que hacer en armonía con el todo. 
VALORES HUMANOS
Está muy de moda el nombrar los valores humanos. En casi todas las tertulias de radio, televisión, las relacionadas con la educación de los jóvenes y muchas conversaciones cotidianas, aparece la mención a que hay que incrementar los valores humanos. Y parece ser que todos estamos de acuerdo, pero en realidad ¿Sabemos de qué estamos hablando? ¿Conocemos todos los valores humanos? A mi me recuerda a cuando se habla del amor, con el amor todo se arregla, pero ¿Sabemos lo que es el amor?
Voy a intentar enumerar algunos de estos valores, que aunque el hombre parece tenerlos muy escondidos, los posee y es capaz de desarrollarlos.
Los valores son unas virtudes o apelativos, que poseerlos y practicarlos, hace al hombre más humano y le ayuda en su evolución, tanto personalmente, como al grupo que pertenece, que puede ser su barrio, su país, o su especie, la humanidad.
Se podrían agrupar en grandes rasgos como pueden ser: el bien, la verdad, la belleza, la felicidad, la virtud. Pero voy a intentar detallar un poco más de forma que podamos verlo más claro. A continuación detallo una lista de valores, a la que se podrían añadir más, y que voy a definir muy escuetamente.
Pulcritud, tener las cosas ordenadas y tener una apariencia personal aceptable.
Puntualidad, respetar el tiempo propio y de los demás.
Coherencia, actuar de acuerdo a una línea personal.
Constancia, nos permite finalizar nuestros proyectos.
Diversión creativa, lo que nos ayuda a seguir avanzando.
Aprender, ser conscientes de que aprender cosas nuevas es una de las vitales de la vida.
Humildad, nos hace capaces para considerar y aprovechar las experiencias de otros, para enriquecernos personalmente. no intentes ser el mejor, o mejor que, solamente se quien tienes que ser.
Empatizar y no rivalizar, entra en sintonía con las personas y las cosas, quita las barreras.
Sensibilidad, que podría ser la capacidad de escuchar nuestros sentimientos y sutilezas en la vida cotidiana.
Valorar a los demás haciendo criticas constructivas, con el fin de mejorarle y mejorar nuestro entorno.
Comunicación, esforzarnos por tener comunicación con los demás.
Compasión, intentar comprender y compartir los problemas y circunstancia ajenas.
Voluntad, que es la capacidad de hacer lo que sientes superando las dificultades y la vagancia.
Serenidad, que nos hace conservar la calma ante problemas o contrariedades y nos hace ser amables con los demás.
Paciencia, esperar con calma a que llegue el momento oportuno.
Sencillez, no esforzarnos por aparentar, siempre se ha admirado las personas sencillas.
Amistad, fomentar la amistad con otros y cuidar las amistades que tenemos.
Respeto y tolerancia, “no ames al prójimo como a ti mismo, ámale como es”. Es decir, respeta las diferentes formas de vida.
Alegría, intentar conectar con este sentimiento, que a veces es difícil.
Gratitud, agradecer a los demás las pequeñas cosas, e incluso agradecer a la vida por lo que somos.
Sinceridad, es fundamental para tener una vida social sana.
Generosidad, que no es simplemente dar limosna a un pobre, es también dar cosas que no se pueden comprar en un supermercado.
Honestidad, que engloba una serie de cualidades personales a las cuales todos querríamos tener y que tuvieran nuestros semejantes.
Solidaridad, sentirse unido con los demás, y no solo cuando hay terremotos o desgracias, es sentirse unido a todos y dispuesto a la cooperación.
Fidelidad, es fundamental para compartir la vida con alguien.
Sociabilidad, aumentar la capacidad de desenvolverse en diferentes ambientes.
Prudencia, es la capacidad de actuar considerando todos los factores posibles.
Autodominio, no dejarnos llevar por el carácter, que puede hacernos cómodos y abusar de el con personas más débiles.
Objetividad, tenemos que esforzarnos en ver el mundo como es, sin ponerle nuestras apreciaciones personales.
Ecología, esforzarnos por proteger el medio ambiente y nuestra propia forma de vida, pues estamos incluidos en el mismo lugar que se llama Planeta Tierra.
Sacrificio, es la capacidad de superar las dificultades con algo de esfuerzo.
Optimismo, nos ayuda emprender nuevas facetas, aun teniendo algunas dificultades en el presente.
Flexibilidad, adaptarse a las circunstancia para mejorar la convivencia con los demás.
Sobriedad, administrar nuestro tiempo y recursos conforme a un criterio, sin que suponga despilfarro ni ostentación.
Superación, nos empuja a alcanzar metas mas altas, lo que implica: planificación, esfuerzo y trabajo continuo.
Autoestima, es aceptarse uno como es y a partir de este punto hacer un proyecto de vida para conseguir ser lo que los sentimientos le indican. No es la capacidad de sobresalir por encima de los demás para alcanzar cualquier mete a costa de lo que sea.
Compromiso, es sacar adelante todo lo que hemos aceptado, superando la comodidad, la pereza, e incluso el egoísmo.
Responsabilidad, es cumplir con lo prometido, es un síntoma de madurez. Las personas responsables son muy valoradas.
Bondad, es una inclinación natural de hacer el bien.
Lealtad, es un compromiso de defender lo que creemos y en quien creemos.
Confianza, nos relaja el saber que podemos confiar en otros y poder ayudar a otros a que la tengan, con nuestro consejo y con nuestra integridad.
Paz, tenemos buscar la concordia y no ser de esas personas que a todo le ven doble sentido y están en conflicto constante.
Perdón, el resentimiento y el rencor con la causa de bloqueos y desarmonía, el perdón evita estos problemas.
Perseverancia, es el esfuerzo continuo encaminado a obtener una meta.
Valentía, nos hace superar ciertas barreras o temores, que no tienen por qué ser heroicos.
Valorar la familia como núcleo o célula creadora de la sociedad.
En la actualidad hay una gran crisis de valores, pues ¿Cuales son los valores familiares? Después de varios estudios, los resultados son asombrosos: No hay unidad en ninguna parte, los valores son diferentes de país a país, de región a región, de estado a estado, de ciudad a ciudad y lamentablemente de familia a familia, dentro de una misma familia se perciben esquemas diferentes de valores.
Esto nos hace pensar que sería necesario definir a nivel mundial cuales son los valores con los que queremos vivir, definir unos pocos y por último, enseñarlos en todas las escuelas, que es donde se imparten conocimientos universales y a todos por igual, lo mismo que se enseñan matemáticas o geografía, que dos más dos son cuatro en cualquier país. Pues aunque en la actualidad se responsabiliza a las familias de la educación, es imposible llegar a una coherencia, pues según los estudios, cada uno tiene unos valores diferentes, que incluso se contraponen a los de otras familias cuando convivimos. Esto ocasiona grandes problemas de convivencia, que empiezan en el colegio, los profesores se vuelven locos, tanto con los niños como con los padres.
En resumen es primordial definir los Valores Humanos, promulgarlos y enseñarlos en todos los colegios, obligando a su cumplimiento. Y añadiría, que se den tanta publicidad como a los Derechos Humanos, hemos visto que una sociedad de derechos regalados no funciona demasiado bien, considero tenemos que cambiarlo por Deberes Humanos, es lo mismo, pero desde otro punto de vista.
Si tienes el deber de estudiar, respetar o ayudar, tu mente te impulsa a hacerlo, pero si te dan el derecho a estudiar, que te respeten o ayuden estudias si te apetece, respetas y ayudas si te obligan. Por eso los estudiantes no estudian aunque se lo des gratis, para que respeten hay que llamar a la policía, porque al que no le respetan dice que tiene derecho, y para que te ayuden hay que reclamarlo.
Por tanto considero que es mejor educar en los deberes que en los derechos.



COMO ENFRENTAR A PERSONAS TOXICAS


Hay algunas personas que realmente pueden hacer que tú te enfermes.
¿Hay alguien en tu vida -un pariente, un jefe, un amigo, un amante o incluso un cónyuge- que te pone loco? ¿Hay personas que te hacen sentir inadecuado, indigno, o simplemente miserable?

Si hay alguien que no te apoya ni te desea lo mejor, entonces tienes una "persona tóxico" en tu vida.

¿Reconoces alguno de estos terrores tóxicos: El oportunista, el controlador, el entrometido, el sabelotodo, el narcisista yo-yo-yo, el instigador, el calculador , el mentiroso? De todo esto ha escrito la  norteamericana Lillian Glass en su  superventas "Toxic People" donde brinda consejos para saber qué hacer y cómo hacer para librarnos de todas esas personas tóxicas que a  tratan de envenenarnos la vida.




Personas tóxicas

Los celos, el ansia de éxito y el amor de los demás en exclusiva, están en el origen de los vínculos dañinos. Hay seres tóxicos capaces de infectarnos con su negatividad, pero también antídotos y técnicas para librarse de quienes nos amargan la vida e impiden crecer. Hay personas en nuestro entorno familiar, laboral o social, cuyos comentarios y actitudes nos complican la existencia.


Gente peligrosa para nuestra salud mental, emocional y física, a quienes conviene mantener alejados, o al menos a raya, si no tenemos más remedio que convivir o coincidir con esas personas tóxicas. Cualquiera que nos aflige con su actitud hacia nosotros, que no nos deja crecer, que no se muestra contento con nuestros éxitos y que pone barreras a nuestros esfuerzos para ser más felices, puede considerarse una persona tóxica para nuestra vida, aunque para cualquier otro individuo pueda resultar inofensiva.

Para la psicóloga estadounidense Lillian Glass, la raíz de toda toxicidad en las relaciones humanas son los celos. ¿Por qué algunas personas cercanas, queridas o amigas, nos hieren, se enfadan con nosotros, tratan de vencernos, buscan disgustarnos o intentan dañarnos con frases sarcásticas o respuestas que desaniman o al alegrarse falsamente de nuestra felicidad o éxito?

¿Por qué nos hacen críticas destructivas?, ?Debido a los celos y su concomitante envidia?, señala Glass, para quien el descontento y los sentimientos de insuficiencia provocan el ansia de posesión, del éxito y del amor de otras personas, así como el deseo de tenerlas para uno mismo, en exclusividad.

Caldo de cultivo: Los Celos

La frustración de otras personas que nos ven como ganadores y se consideran a sí mismas como perdedoras, las impulsa a golpearnos mental y verbalmente, y a veces incluso mediante la violencia física. También les lleva a involucrarnos en juegos molestos, palabras crueles y comportamientos sucios.
Los celos o la falta de amor propio son la razón de muchos comportamientos negativos hacia nosotros, pero también la causa encubierta de conductas similares de nosotros hacia los demás.

La doctora Lillian Glass, sugiere emplear ciertas técnicas para que los ataques emocionales de la gente tóxica no repercutan sobre nuestra salud física y mental. Para la experta, esto es una cuestión de supervivencia, porque buena parte del bienestar y éxito en nuestra vida dependen de que se mantenga nuestra fortaleza psicológica y emocional.

A veces, para contrarrestar la toxicidad ajena o intentar que no nos afecte, se recurre al consumo de drogas, tranquilizantes o a la alimentación compulsiva. Pero ello sólo es una forma de autodestrucción inconsciente, que sólo ocasiona que esa situación negativa se agudice cuando han pasado los efectos en apariencia placenteros de esos métodos para huir de la realidad.

Tampoco hay que responder con la violencia física, ya que las agresiones a los individuos tóxicos sólo consiguen convertir en víctimas a quienes en realidad son los verdaderos agresores, lo cual realimenta su papel negativo en nuestra existencia: es como intentar apagar un incendio echándole más combustible.

La amenaza en casa

Cuando las personas tóxicas forman parte de la propia familia, pueden plantear un verdadero problema psicológico, debido a la continuidad de la convivencia y el vínculo. Si están en el trabajo, pueden poner en riesgo nuestra continuidad laboral, debido a que se resiente nuestro rendimiento a los continuos conflictos.

Ya sean nuestros padres, hijos o cónyuges, nuestros jefes o compañeros de trabajo, a las personas tóxicas hay que aprender a tratarlas, para que no trastornen nuestro equilibrio vital. Según la investigadora Lillian Glass, la fórmula magistral para desintoxicar nuestras relaciones consiste en comunicarse para afrontar lo que nos molesta del otro y decirlo sin tapujos.

Si tiene un jefe, amigo o familiar que le hace sentir inferior. Si su madre, padre o ambos le han regañado a lo largo de toda la vida. Si está en contacto con un médico, profesor o cliente que le insulta o simplemente le pone enfermo. Si mantiene algunas de éstas u otras relaciones tóxicas, necesita sobrevivir a ellas.

Para conseguir una convivencia tranquila y feliz, la experta sugiere aplicar una serie de antídotos contra la negatividad. Una solución consiste en mantener el sentido del humor. Relajar las tensiones y divertirse, con ello permite responder al sujeto tóxico y conseguir el beneficio de la risa. Primero hay que relajarse, respirando lentamente unos segundos y exhalando mientras se recuerdan las palabras y acciones tóxicas, como si se las expulsara del cuerpo junto con el aire. Después hay que decir algo divertido, que ponga en evidencia al agresor verbal. Esto sirve para expulsar la tensión acumulada.

También es importante dejar de pensar todo el tiempo en el problema, los cual sólo contribuye a amplificarlo, ya que la mente es cómo una lupa: aumenta aquello que enfoca. Existen momentos en que una persona tóxica parece colapsar nuestra mente, convirtiéndose en lo único en que podemos pensar, lo cual es perjudicial. Hay que gritar o decir mentalmente ¡Basta de pensar! y apoyar esta expresión con frases positivas, como ?soy importante?, ?mi vida es valiosa? o ?me siento feliz?.

La técnica del espejo

La doctora Glass también aconseja actuar como si fuéramos un espejo. Se puede obligar a las personas tóxicas a ver reflejados sus comportamientos. Si alguien no para de hablar impidiendo que los demás lo hagan, la respuesta puede ser ponerse a ladrar. Cuando el tóxico se calle y pregunte ?¿qué pasa??, se le explicará que esa es la actitud que él mantiene con los demás.

Para que los individuos tóxicos vean cuán absurdas son sus ideas, comentarios y actitudes, lo mejor es formularles con tranquilidad interrogantes sencillos que se conviertan en una progresión lógica que vaya desbaratando sus argumentos, uno tras otro.
A aquellos que odian a los negros puede preguntárseles: ¿conoce mucha gente de color?, ¿ha convivido con ella?, ¿alguien le odia por ser quien es? Sus respuestas evidenciarán lo ridículo de sus ideas. Y siempre habrá más preguntas para ponerles en evidencia.

Aunque parezca difícil, hay que intentar emplear la cordialidad. Convertir el enfado en amabilidad es una respuesta ideal frente a muchos que van de duros por la vida. Los motivos de su actuación suelen ser la inseguridad y la falta de amor propio. Al saber que esas son las causas de su toxicidad, puede controlarse el enojo y transformarse en amabilidad, con lo que se ?sosiega a la fiera?. Muchas personas que tratan con el público hacen gala de esta capacidad, que da frutos asombrosos.

Otro antídoto para la toxicidad mental, consiste en desprenderse de cualquier emoción con respecto a la persona venenosa: sacarla de nuestra vida, no preocuparse por ella, no desearle ni bien ni mal, visualizar la desconexión con ella, dejarla atrás.

Catálogo de Personas Venenosas

Según Glass, estas técnicas son efectivas para contrarrestar a los que ella denomina ?treinta tipos de terrores tóxicos?, entre los que incluye al parlanchín, el chismoso, el cortante, la víctima sombría y condenada, el apuñalador de dos caras, el bromista, el matón rencoroso y autoritario, y el mentiroso. Todas son distintas formas de personalidades que coinciden en intoxicar la vida ajena.

Otras versiones de individuos tóxicos, que podemos descubrir en nuestro entorno, son el individuo entrometido, el fanático, el presumido, el competidor, el maniático del control, el crítico acusador o el arrogante sabelotodo.

A veces, la presencia de conflictos continuos, puede indicar que el ser tóxico es uno mismo, en vez de los demás. Lo cual no cambia excesivamente las cosas, porque el resultado es similar: un continuo malestar y dificultades para relacionarnos.

En ese caso hay que reconocer el problema y dejar de amargar a los demás con nuestros celos más o menos encubiertos. La clave, como siempre, es la comunicación: con uno mismo, para descubrir la verdadera raíz de nuestro comportamiento, y con los demás, para dejar de hacerles la vida imposible.

LA SEDUCCIÓN EN NUESTRA VIDA.




.El amor empieza con la seducción, amar a alguien implica estar seducido por esa persona.
Equivocadamente es frecuente pensar que la palabra seducción se refiere a actitudes de engaño y manipulación, sin embargo el concepto real es mucho más sano y natural.
Todas las personas seducimos, deseamos gustar a los demás, ser queridos, reconocidos en los diferentes ámbitos de nuestra vida. Para ello, hacemos gestos, decimos cosas, nos comportamos de tal o cual forma – chistosos, prepotentes, sumisos habladores, callados. Actitudes que son seductoras para unas personas y no lo son para otras. No es posible seducir a todo el mundo.
El acto de la seducción es todo ese conjunto de conductas, expresiones y manifestaciones que hacemos, encaminados a atraer a la gente que nos rodea; y la manera en que lo expresamos tiene que ver con nuestra historia personal.
Es todo lo que hacemos consciente o inconscientemente como una búsqueda de valoración y reconocimiento por parte de las otras personas. Es una llamada de atención hacia los demás, y es una conducta natural que nace con nosotros, desde bebés seducimos con sonrisas, o “gracias”, y esto se mantiene toda la vida, aunque claro, sujeto a modificaciones que nuestra experiencia va determinando.
Sin embargo, es en la adolescencia la etapa en la que nuestra forma de seducir es más intensa, pues hay búsqueda de reconocimiento social y más importante aún, de identidad personal, expresado de muchas formas distintas, como la ropa, los símbolos, el lenguaje, etc.
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La seducción en la relación de pareja.
La seducción se produce tanto para quien seduce como para quien es seducido, muchas veces en forma inconsciente e involuntaria, pero también puede mostrarse como una búsqueda intencionada de atracción erótica, amorosa, amistosa. Aquí importa la pregunta ¿Para qué seduce cada quien? Y de esta pequeña reflexión puede ayudarnos a identificar en qué tipo de relaciones nos instalamos, a que podemos estar sujetando nuestra dinámica personal con los demás, desde una relación superflua hasta relaciones muy profundas como la relación de pareja.
Seducimos también no solo por el hacer, sino por nuestro estar, nuestra forma de situarnos frente al mundo, frente a las circunstancias, frente a la vida.
En la relación de pareja estamos habituados a relacionar la seducción en un sentido erótico, sin embargo ahora podemos visualizarlo más como una experiencia de todo momento, en el trato cotidiano, en lo que hacemos para agradar a nuestra pareja y lo que sabemos que ésta hace para agradarnos a nosotros.
Cuando la situación no es muy favorable en la convivencia es de gran utilidad empezar por una revisión personal de lo que sentimos, en primer lugar por nosotros mismos, y en segundo lugar lo que sentimos por nuestra pareja, pues es común haber caído en el enamoramiento de la que pensábamos nuestra pareja perfecta y al tiempo nos sentimos decepcionados por que ya no lo es.
¿Por qué pasa esto?
Muchas veces seducimos a alguien con una parte falsa de nuestro ser, no intencionalmente, sino por un estado inconsciente que responde quizá a una necesidad de sentirnos valorados por determinado tipo de personas. Aquí la seducción existe, pero se interpreta equivocadamente.
Sin embargo cuando la pareja parte de un conocimiento personal muy bueno, es más probable que construya relaciones de pareja más sanas, que si bien no están exentas de atravesar situaciones de crisis, son parejas que resuelven su situación de una manera más sana y respetuosa, tomando en cuenta incluso a aquellas que identifican la separación como una decisión adecuada.

Aprovecha lo que tienes

Cuánto tienes a tu alcance para hacer algo no es ni por asomo tan importante como lo que decidas hacer con ello. Muchísima gente que se volv...